En la vasta esfera de las relaciones humanas, existe una ideología conocida como la ‘Blackpill’. Esta teoría, aunque polémica, se puede resumir en tres puntos fundamentales:
- Una mujer decide si un hombre es digno de una cita en aproximadamente medio segundo.
- No puedes cambiar la opinión de una mujer una vez que se ha formado.
- Todas las mujeres comparten la misma mentalidad.
Estas tres afirmaciones encapsulan la esencia de la ideología ‘Blackpill’. Ahora, profundicemos en cada uno de estos puntos.
Primero, la idea de que una mujer decide si un hombre es digno de una cita en medio segundo se basa en la premisa de que la decisión de una mujer se basa enteramente en lo que puede ver por fuera. En la era de las aplicaciones de citas como Tinder y OkCupid, esta percepción ha sido exacerbada. Las primeras impresiones, que incluyen la apariencia facial, la altura, la constitución física, la salud, la edad, el origen étnico, la religión, la expresión facial, el estilo de vestimenta y la higiene, juegan un papel crucial en esta decisión instantánea.
El segundo punto sostiene que no puedes cambiar la opinión de una mujer una vez que se ha formado. Aunque las primeras impresiones son importantes, también lo es la información a largo plazo que se obtiene a medida que se conoce a alguien. Sin embargo, la ideología ‘Blackpill’ sostiene que es casi imposible ganarse a una mujer compensando con cualidades a largo plazo, como la personalidad, el dinero, el estatus, los círculos sociales, los intereses, los objetivos, los pasatiempos y los talentos, si no se ha superado la primera impresión.
Finalmente, el tercer punto sostiene que todas las mujeres comparten la misma mentalidad. En otras palabras, la atracción es objetiva. Las mujeres suelen estar de acuerdo en lo que encuentran atractivo, ya sea la altura, la apariencia facial o la constitución física.
Por supuesto, esta ideología no es perfecta y existen excepciones. Sin embargo, proporciona una perspectiva interesante y provocativa sobre las dinámicas de las citas y las relaciones en la sociedad contemporánea. Como siempre, es esencial recordar que cada individuo es único y que las generalizaciones pueden no aplicarse a todos.